Boogarins, crónica en la sala El Sol

Dinho Almeida. Boogarins crónica en la sala El Sol Dinho Almeida de Boogarins crónica en la sala El Sol | Foto: Luis Miguel del Campo.

El pasado miércoles 7 de septiembre asistimos a uno de esos conciertos que uno no puede perderse, la actuación del grupo brasileño Boogarins, precedidos por los chileno-barceloneses The Zephyr Bones.

Esta es la tercera vez que el cuarteto goiano nos visita en España. Es esta ocasión y como parte de la gira Desvío Onírico Ibérico, el grupo actuó en diferentes ciudades de Portugal y España. Coimbra, Braga, Lisboa, Sevilla, Madrid, Barcelona, Oviedo y Santiago de Compostela han sido las ciudades marcadas para una cita en la que sin duda los únicos arrepentidos serían los que no acudieran.

De obligado cumplimiento para todos los miembros de este medio, en tropa acudimos a la sala El Sol de Madrid y no nos movimos de la primerísima fila. Desde nuestra perspectiva en el frente, os traemos esta crónica de lo que vimos y escuchamos.

Del rosa al cubismo


Ver de nuevo al grupo brasileño Boogarins, después del concierto que dieron en la capital en noviembre de 2015, es como presenciar el paso de la etapa rosa picassiana a la cubista. Los que tuvimos la suerte de asistir a ambos conciertos, el de noviembre y este último en la sala El Sol de Madrid, hemos notado el importante giro que ha dado esta banda en los últimos meses. La armoniosa psicodelia de Boogarins ha dado paso a un periodo experimental en el que el grupo distorsiona su propio sonido, para modificar los tempos y jugar con todo tipo de estímulos acústicos.

Benke Ferraz. Boogarins crónica en la sala El Sol Benke Ferraz. | Foto: Mar de Miguel.
Benke Ferraz El Sol Benke Ferraz. | Foto: Luis Miguel del Campo.

Boogarins abre así la puerta a las incógnitas de lo que vendrá en el futuro, cuando se la jueguen en su tercer trabajo. Cierto es que los segundos álbumes suelen ser los más difíciles, pero en el caso del grupo goiano, su Manual Ou Guia Livre De Dissolução Dos Sonhos fue más un debut que un sophomore y será en su siguiente álbum donde los bogarinhos asienten o no su reciente fama.

El concierto empezó con la sala caldeada por los teloneros y un lleno prácticamente absoluto. Todos esperábamos impacientes las primeras notas y éstas llegaron con una breve prueba de sonido que fue adquiriendo ritmo y se fue tornando música.

Raphael Vaz. Boogarins crónica en la sala El Sol Raphael Vaz. | Foto: Luis Miguel del Campo.

Enseguida vino Tempo, canción que ha ido adquiriendo fuerza en todas las actuaciones de la banda y que Dinho ha convertido en una caza al ratón en la que la duración de los silencios hace adelantarse a los que intentamos corearla. No hay manera de cantarla con él. Solo él sabe cuando va a reanudar la melodía. En su rostrono no puede disimular el placer de vernos intentarlo, esbozando esa gran sonrisa que le ha dado la naturaleza.

Equidad de roles


No se hizo esperar 600 Dias, el single más representativo de la banda. Lucifernandis quedó para el final. Sin embargo, en la interpretación de este tema pudimos apreciar otra vuelta de tuerca en la evolución de la banda. La equidad de roles ha dado paso a la desaparición de líderes, con un nuevo reparto de pesos que ha quitado protagonismo al buen hacer de Benke a la guitarra (que yo personalmente eché en falta) y a la visible genialidad de la voz de Dinho.

Ese Boogarins de sonoridad bossa del tema Cuerdo ha renunciado a sus influencias iniciales para aparecer muy distorsionado, y jugar con lo experimental. Esta canción fue además aligerada en graves, perdiendo el carácter tan lúgubre que tiene la versión de estudio.

Ynaiã Benthroldo y Raphael Vaz El Sol Ynaiã Benthroldo y Raphael Vaz. | Foto: Mar de Miguel.

Ynaiã Benthroldo y Benke Ferraz en El Sol Ynaiã Benthroldo y Benke Ferraz. | Foto: Mar de Miguel.

Ynaiã Benthroldo. Boogarins crónica en la sala El Sol Ynaiã Benthroldo. | Foto: Luis Miguel del Campo.

Pero donde perdemos algo de Dinho y algo de Benke, ganamos algo de Ynaiã Benthroldo. Siempre dispuesto y en el centro del escenario, el brasileño nos dio una clase magistral de batería, con un derroche de energía que ríanse ustedes de los ironman esos que corren, nadan y van en bici.  A Ynaiã solo le faltó elevarse en las alturas con baquetas y todo. ¡Jesús! ¡Qué conciertazo dio esa bestia parda!

Raphael Vaz El Sol Raphael Vaz. | Foto: Mar de Miguel.

Ya solo esperamos que Raphael salga de su letargo. Aunque más predispuesto que en noviembre, este componente de la banda aun tiene que soltarse la melena. En todo caso, es un buen instrumentista y estamos seguros de que, poco a poco, saldrá de su modesta crisálida para sorpresa de muchos. En todo caso, no todos los miembros de un grupo evolucionan ede la misma manera. Algunos son, simplemente, más tranquilos.

En resumen, que los brasileños dieron un gran concierto, muy distinto al de noviembre, pero con ese sello de calidad Boogarins que los hace únicos. ¡ Esa Denominación de Origen Boogarins!

Boogarins crónica en la sala El Sol. | Foto: Luis Miguel del Campo.

Dinho Almeida y Benke Ferraz en El Sol Dinho Almeida y Benke Ferraz cierran el concierto. Boogarins crónica en la sala El Sol. | Foto: Mar de Miguel.